AZALA: donde florecen las ideas
Noviembre, 2021La piel es la membrana que permite al organismo mantener íntegras sus estructuras al tiempo que comunicarse con el entorno; lo mismo pasa con las ideas. Al igual que la piel, el contexto puede funcionar como una cápsula protectora que estimula el proceso creativo. En el entorno rural de la población de Lasierra, situado en un enclave geobotánico de encinar mediterráneo y tierras de trigo, alubia pinta, patata y remolacha, se encuentra un espacio dedicado al cultivo de las ideas: Azala.
Hablar de Azala es hablar de un espacio abierto a la investigación y creación de las diferentes expresiones artísticas. Este alojamiento rural está diseñado para que artistas, personas creadoras, pensadoras y activistas tengan la autonomía y libertad de producir conocimiento desde la experimentación, el intercambio crítico, la práctica y la reflexión en unas condiciones de confianza y calma, en contacto con la naturaleza. En definitiva, este proyecto trata de dedicar espacio y tiempo a las ideas creativas para que puedan florecer.
Raíces
A finales de los 90, Juan Cruz e Idoia Zabaleta tuvieron la oportunidad de vivir de cerca la construcción de L´animal a l´esquena, un centro de creación independiente en la provincia de Girona dirigido por la compañía de danza Mal Pelo. Paralelamente, estos jóvenes entusiastas soñaban con dejarse llevar por sus emociones y alumbrar su propio proyecto. Así nació Azala, un espacio dedicado al cultivo de las ideas en tierras alavesas que invita a las personas artistas, creadoras e investigadoras a compartir sus prácticas y saberes.
La pareja se inspiró en la elasticidad de la piel como metáfora para la iniciativa. “La propia palabra de Azala tiene todas las vocales abiertas. Es un espacio de apertura. Azala en su modo de hacer y crear cultura. Se rige por principios similares a los de la permacultura. Se trata de entrenar cambios radicales de paradigmas como confianza en vez de certeza, espera en vez de expectativas, rigor en vez de rigidez, cooperación en vez de competencia, suficiencia en vez de eficiencia, fuerza en vez de poder, condición en vez de condicionamiento, manoseo en vez de manipulación y sentido en vez de significado”.
Encontrar un estado emocional subjetivo, repentino y efímero en medio del caos urbano puede ser una tarea complicada para la mayoría de las personas creadoras. Para quienes viven y trabajan en la ciudad, involucrarse en un proceso de creación en el medio rural les produce principalmente un desplazamiento en relación al uso de tiempo y la idea de horizonte o afuera.
“Hay más silencio, menos distracciones, menos consumo, más atención o encuentro con seres vivos no humanos, más atención a los cambios de ciclo de la naturaleza, de la luz, más atención a los ciclos o procesos de producción agrícola o ganadera...” explica Juan. Aun así, el propietario recuerda que el ámbito rural, lejos de ser una utopía ideal, es un entorno que requiere mucho trabajo físico y compromiso con la naturaleza.
Crecimiento
Este año, el espacio creativo cumple 14 años de andadura. La iniciativa ha acogido numerosos proyectos artísticos en los últimos tiempos. Los fundadores de Azala recalcan su deseo de incidir en el propio territorio y combinar arte y ecología, siempre que las condiciones lo permitan, además de desarrollarse de forma local en temas relacionados con el entorno natural alavés. Al mismo tiempo, la pareja seguirá envuelta en la conservación de este espacio dedicado a los estímulos creativos.